El acusado apuñaló a la víctima "buscando los centros vitales"
El vigilante le expulsó de la instalación por querer viajar con un billete incorrecto
Donostia. Un hombre ha sido condenado a seis años de cárcel por intentar asesinar a un vigilante de la estación central de EuskoTren en Donostia, al que apuñaló "buscando centros vitales" después de que le expulsara de las instalaciones ferroviarias por intentar viajar con un billete incorrecto.
En un primer momento, la Fiscalía de Gipuzkoa reclamó diez años de reclusión para el procesado, pero durante el juicio por estos hechos rebajó su petición de condena hasta los seis años al aplicar la atenuante de toxicomanía al imputado, que se conformó con esta pena.
El inculpado, de origen dominicano, deberá indemnizar además con un total de 10.590 euros a su víctima, a la que no podrá acercarse ni comunicarse con ella durante diez años.
Según la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, los hechos ocurrieron sobre las 17.00 horas del 30 de agosto de 2008, cuando el imputado accedió a la citada estación y adquirió un billete para Lasarte-Oria, cuando su intención real era la de desplazarse a Eibar "por un precio inferior al establecido".
Al intentar pasar al andén de los trenes con destino a la localidad armera, su conducta alertó a un operario que le impidió acceder a esta zona, lo que originó una discusión entre ambos en la que terció el vigilante de seguridad de la estación, quien expulsó del recinto al procesado por su "conducta inapropiada".
El texto explica que, "enfurecido y con ánimo de atentar contra la vida" del guarda de seguridad, el inculpado acudió a un bazar chino cercano y compró un cuchillo de cocina de diez centímetros de hoja con la intención de "usarlo como arma".
Luego regresó a la estación y se acercó al vigilante, quien le volvió a pedir que se marchara sin advertir que el acusado iba armado.
En ese momento, el procesado "se revolvió contra él, esgrimiendo el cuchillo" y "le propinó varias puñaladas, en rápida sucesión, buscando centros vitales como el cuello, la cavidad cardiaca y la arteria femoral" aunque sin éxito.
A consecuencia del ataque, la víctima sufrió un total de cinco heridas, una de ellas de hasta doce centímetros de profundidad, en la cara izquierda del cuello, el antebrazo izquierdo, el omoplato derecho y la cadera izquierda.
En un primer momento, la Fiscalía de Gipuzkoa reclamó diez años de reclusión para el procesado, pero durante el juicio por estos hechos rebajó su petición de condena hasta los seis años al aplicar la atenuante de toxicomanía al imputado, que se conformó con esta pena.
El inculpado, de origen dominicano, deberá indemnizar además con un total de 10.590 euros a su víctima, a la que no podrá acercarse ni comunicarse con ella durante diez años.
Según la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, los hechos ocurrieron sobre las 17.00 horas del 30 de agosto de 2008, cuando el imputado accedió a la citada estación y adquirió un billete para Lasarte-Oria, cuando su intención real era la de desplazarse a Eibar "por un precio inferior al establecido".
Al intentar pasar al andén de los trenes con destino a la localidad armera, su conducta alertó a un operario que le impidió acceder a esta zona, lo que originó una discusión entre ambos en la que terció el vigilante de seguridad de la estación, quien expulsó del recinto al procesado por su "conducta inapropiada".
El texto explica que, "enfurecido y con ánimo de atentar contra la vida" del guarda de seguridad, el inculpado acudió a un bazar chino cercano y compró un cuchillo de cocina de diez centímetros de hoja con la intención de "usarlo como arma".
Luego regresó a la estación y se acercó al vigilante, quien le volvió a pedir que se marchara sin advertir que el acusado iba armado.
En ese momento, el procesado "se revolvió contra él, esgrimiendo el cuchillo" y "le propinó varias puñaladas, en rápida sucesión, buscando centros vitales como el cuello, la cavidad cardiaca y la arteria femoral" aunque sin éxito.
A consecuencia del ataque, la víctima sufrió un total de cinco heridas, una de ellas de hasta doce centímetros de profundidad, en la cara izquierda del cuello, el antebrazo izquierdo, el omoplato derecho y la cadera izquierda.
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