Todo suma. No pretendo analizar todas y cada una de las posiciones de tiro que se vienen usando, internacionalmente, en el “mundo” policial; son muchas y, algunas, con variantes, con lo cual el artículo se extendería más de lo que pretendo. Por ello, no voy abandonar la causa principal que originó este artículo: dar a conocer, con énfasis, las virtudes de la técnica Isósceles Moderna-Dinámica.
Mi paso desde Weaver a otras técnicas más naturales…
Admito que, durante muchos años he sido tirador desde posición Weaver, si bien, en ocasiones, usaba otras como la Californiana u otras de tiro a una sola mano. Hasta aquí, todo normal; en España es lo que había y, por desgracia, lo único que sigue habiendo en demasiados programas de formación policial. Cuando la principal de mis posiciones de tiro era la Weaver, un amigo me filmó en video durante un entrenamiento y tras ello analizamos las imágenes obtenidas. Después de ese día dejé de usar la técnica Weaver.
En ese video se me veía tirar apuntando, sin límite de tiempo y con tranquilidad, a distintas distancias y siempre en Weaver. Los resultados eran casi siempre satisfactorios para mí. Lo curioso del asunto es que, cuando los ejercicios de entrenamiento eran bajo presión “extrema”, a distancias cortas o medias, y llegaba el momento del desenfunde y del tiro de emergencia, NO SIEMPRE ME SALÍA LA POSICIÓN WEAVER. En esos casos, muchas veces y sin que yo lo pensara o lo predeterminará, me salía algo similar a la posición POLICÍA AGACHADO pero sin paralelismo de pies, o sea que, las piernas estaban algo más abiertas a la vez que los pies.
La posición en cuestión, era una en la que yo, proyectaba ambos brazos totalmente extendidos hacia delante, asiendo el arma con ambas manos a la altura de la cara y centrada a su vez con la cabeza, quedando los brazos paralelos al suelo y ambos, a la vez, perpendiculares al tronco, pero, con éste, ligeramente hacia delante. Las piernas quedaban flexionadas y abiertas. Además de que salía sin intención premeditada, los disparos se desencadenaban muy rápidos y con buena precisión, seguramente eran más precisos que en la posición que tenía archi entrenada, la Weaver. Creo que lo más sorprendente es que el encare o toma de miras -en el caso de que me diera tiempo a tomarlas- era infinitamente más natural y rápido.
Simetría en los brazos: posición muy natural e instintiva
No olvidemos que el ser humano ha evolucionado mucho desde que “bajó del árbol” y lo ha conseguido porque ha sobrevivido a sus enemigos (otros seres iguales y animales predadores). También ha conseguido vivir, de su caza, gracias a que COMBATE DE MODO FRONTAL. El humano, NO combate o hace frente a la agresión y a la amenaza de modo lateral ni de espaldas sino que ante la percepción del peligro, ya sea éste, percibido por el sentido de la vista, oído u olfato, -órganos que se encuentran simétricamente y estratégicamente localizados en la cabeza- el humano se gira y desde una POSICIÓN FRONTAL, combate. Esa frontalidad se alcanza de modo involuntario, es la fisiología humana la que nos impide hacer otra cosa.
Por ello, la posición o técnica ISÓSCELES es la más natural e instintiva, pues el arma queda simétricamente centrada ante la cara del agente-tirador, y allá donde éste mire dirigiendo su cabeza o cuerpo, irá de modo natural el arma, y a su vez, la boca de fuego quedará enfrentada a la zona de riesgo. Tras aquel análisis, o mejor dicho, tras ese autodescubrimiento, -el que expresé antes sobre la sesión de tiro filmada- saqué conclusiones y esas conclusiones me han guiado por una nueva forma de entender el entrenamiento, y por ende, también el enfrentamiento.
La conclusión más elocuente que puedo extraer de lo descubierto es que: cuando la cosa se pone difícil, no valen las técnicas que haya que aprender de modo mínimamente complejo, ni las técnicas que requieran el uso de varios grupos musculares y aplicar distintas presiones, ángulos o movimientos. Las maniobras o técnicas que sean levemente complicadas en el campo de tiro, en el momento crucial del enfrentamiento, y cuando la mente y el cuerpo están experimentando una serie de cambios psicológicos y fisiológicos, -por verse en grave riesgo- esas técnicas, se convierten en imposibles de realizar, y en el mejor de los casos, serán menos rápidas y eficaces.
Es muy sencillo, veamos. Si una cosa nos “sale” por instinto y de modo automático sin pensarlo en una situación de máximo estrés, como consecuencia de un estímulo, y también “aparece” durante un entrenamiento, es casi seguro que nos “saldrá” en situación real de enfrentamiento. Así pues, ¿Qué necesidad tenemos de entrenar cosas que de ante mano sabemos que, posiblemente, no nos van a “salir”…? ¿No es mejor, más eficaz, y hasta más económico, entrenar lo que parece que, por instinto natural y de modo automático, nos va a “salir” sin pensarlo…?
Desde que me pasó aquello, no he dejado de entrenar y enseñar esa técnica, eso sí, modificando algunos aspectos que favorecen la adsorción de retroceso. Pero además, con el tiempo, he descubierto, afortunadamente para mi, que aquellos que más saben del asunto, que más experiencia tienen y que son, en nuestro país, las máximas autoridades en tiro policial, llevan años practicando, enseñando y difundiendo dicha técnica. Don Javier Pecci, Presidente de la Asociación Española de Instructores de Tiro Policial (A.E.I.T.P.), la denomina Técnica Isósceles Moderna Dinámica, solo que, él, ha mejorado la técnica que yo definía.
Don Javier Pecci ha modificado la posición de los codos, o quizás, él solo ha sido quien ha introducido la técnica, a nivel policial, en España. Ahora, los brazos no están completamente estirados sino que los codos se doblan y apuntan en dirección al suelo, -a los pies- esto permite una mejor absorción de “impacto” del retroceso. Las piernas se abren algo más que en aquella posición de Policía Agachado y el cuerpo se deja ir, levemente, hacia delante.
Esta técnica permite la transición, o paso rápido, de una técnica a otra, aún usando técnicas de tiro distintas pero que comparten la misma filosofía y dinámica. El paso de una técnica a otra se hace necesario en virtud de la distancia del blanco y de la necesidad de abrir fuego más o menos rápido. La Isósceles Moderna Dinámica conserva la misma filosofía de movimientos y agarres de otras técnicas y de ahí lo eficaz de la transición de una a otra.
Posición Isósceles: cada día más extendida
En mi opinión, es la técnica más eficaz en tiro de respuesta a dos manos, no en vano, es la más usada, desde hace años, por los tiradores deportivos de I.P.S.C. (modalidad deportiva de recorridos de tiro, que no hay que confundir con el tiro policial o el tiro defensivo). Estos tiradores deportivos, -en su mayoría- dejaron aparcada hace años a la técnica Weaver y sus variantes, y lo hicieron en favor de la Isósceles y sus variantes. Los tiradores de I.P.S.C., hacen miles de disparos al año, así pues, saben sacar partido al arma y suelen saber lo que hacen con ella.
Personalmente, he comprobado lo innato de esta técnica. A veces, he pedido a personas NO tiradoras, que empuñaran un arma corta para que, a la señal que yo les diera, adoptaran una posición de tiro a dos manos de modo reactivo; creo que todas esas personas acabaron -aún siendo su primera vez- en una posición Isósceles Moderna, o al menos en algo muy parecido. La prueba la he realizado hasta con niños, (usando armas inertes de goma) siendo idéntico el resultado.
Cuando adquirí el Manual de Tiro Táctico Policial y de Defensa, escrito por D. Javier Pecci, descubrí, con asombro, que eso que yo había experimentado burdamente, eso que yo había descubierto casi por casualidad, sin medios y sin propósito de estudio, ya había sido estudiado y analizado minuciosamente por el autor de dicha obra. Por cierto, para mí, obra maestra.
Así pues, D. Javier Pecci, en su libro, manifiesta, que él, ya llegó a esas conclusiones en 1993, cuando tuvo ocasión de estar en EE.UU entrenando con los mejores tiradores de IPSC de aquel país, a los cuales analizó, in situ, en lo relativo a movimientos y técnicas. Después, en España, trasladó a la práctica una serie de ideas y estudió el comportamiento de una ingente cantidad de alumnos policías, a los que provocaba una serie de estímulos para observar sus respuestas con el arma. Dicho estudio culminó con la misma conclusión, y es que: la técnica Isósceles Moderna es la más fácil y rápida de adoptar, a dos manos, en situación de estrés máximo, incluso para aquellos que jamás la entrenaron. Es innata.
Yo llegué a dicha conclusión por casualidad, sin darme cuenta y el Profesor Pecci, llegó por un concienzudo y profesional estudio que duró mucho tiempo, y que le hicieron consumir 25.000 cartuchos, según, él mismo confiesa en su obra.
Es muy sencillo explicar todo esto a un alumno o a un agente al que tratamos de instruir, y es fácilmente asimilado por ellos. He comprobado que la gente acepta estas explicaciones o lecciones, siempre que realmente está dispuesta a mejorar. Todos llegan a comprender aquello de que el ser humano hace frente a sus agresiones de modo frontal y por ello, además, de modo simétrico. La posición isósceles, en cualquiera de sus modalidades, es la que ofrece esa simetría innata que nuestro cuerpo busca alcanzar, por instinto, en las situaciones más difíciles, sobretodo cuando de sobrevivir se trata.
Leve, pero justa, reseña a los pioneros. Ellos abrieron el camino…
El 24 de febrero de 1998, el Coronel Applegate, del ejército norteamericano, ante una Asociación de Instructores de Tiro Policial, en Saettle, (Washington) pronunció una Conferencia, que me atrevo a calificar de histórica. En esa Conferencia, Applegate, defendió y razonó, los mismos principios que estamos tratando en este artículo, y los defendió con argumentos de peso y basados en infinitas experiencias personales o cercanas, en cualquier caso, experiencias estudiadas y analizadas.
Rex Applegate, durante la Segunda Guerra Mundial, estudió todo lo que rodea el tiro defensivo con arma corta, poniendo sus “miras” en la adecuada formación policial y militar. Puso el máximo interés en todo lo relativo al empleo eficaz del arma corta en distancias extremas y en lugares cerrados, lo que hoy llamamos CQB. Applegate, durante la Segunda Guerra Mundial, fue instructor de combate en los servicios de espionaje de su país, en lo que hoy se conoce como C.I.A., de hecho, él, sentó los cimientos de muchos métodos que aún se usan en la organización.
Nuestro personaje, entrenó con un hombre casi leyenda, con el mismísimo: William Fairbairn. En la década de los años 20 del siglo pasado, Fairbairn era conocido por su conocimiento sobre diversas artes marciales, por ello, recorrió numerosos países con el encargo de instruir a tropas militares y policiales en el empleo de técnicas defensivas. Cuando fue contratado, como instructor, por la Policía Municipal de Shangai, (China) pudo desarrollar técnicas defensivas con arma corta a distancias extremas. Fairbairn, se personaba en las escenas de los enfrentamientos, y allí, en “caliente”, analizaba las reacciones instintivas de los agentes a los que instruía. De sus observaciones, extrajo conclusiones y muchas de ellas coincidían con las que ya había obtenido de en sus estudios sobre combates con cuchillos y con manos vacías.
Ambos personajes sentaron cátedra con sus postulados, y deben ser atendidos, leídos y estudiados con el respeto y atención que requieren los profesionales de su talla. Fairbairn alcanzó el empleo de Capitán y fue especialmente famoso como gran maestro de las artes marciales. Un fiel colaborador de Fairbairn fue, Eric A. Sykes, principalmente en la etapa del turbulento Shangai de entre guerras. Sykes, comenzó su andadura, junto a su amigo, siendo Sargento y la finalizó con el empleo de Capitán.
Los principios que defendió el señor Applegate, personalmente, yo, los sigo todos fielmente, pese a que sus ideas nacieran hace ya más de 70 años. Él, defiende el empleo de técnicas naturales e instintivas de tiro, técnicas que no requieren de complejidad en su ejecución. Cuando se entra en situación real y extrema de enfrentamiento o combate, casi nada mínimamente complejo, puede llevarse acabo con eficacia. Esto es algo que tanto Applegate como Fairbairn sabían por propias experiencias reales. Applegate llegó a mejorar muchas de las técnicas de su amigo Fairbairn.
La Ciencia estudia los enfrentamientos armados
Los estudios científicos que avalan la teoría de la defensa y ataque frontal, y de la simetría física en las agresiones extremas, son teorías de los Profesores Sidlle y Grossman. Estos profesores han estudiado, muy profundamente, la fisiología y la psicología durante el enfrentamiento, llegando a la conclusión de que las técnicas que requieren de habilidades motoras complejas, (uso de varios órganos musculares a la vez y realización de varias tareas al mismo tiempo) no son eficaces en enfrentamientos reales, obligando al tirador, (en caso de tener tiempo) a, innatamente, cambiar su técnica por una más sencilla y natural.
En 1997, Bill Borroughs, ex-Director de la Academia de Entrenamiento de Sig Sauer en USA, estudió los entrenamientos de 157 agentes, a este trabajo se le viene llamando El Estudio Burroughs. De esos 157 agentes de policías, cada uno usaba una técnica distinta de tiro en los entrenamientos, así pues: el 47% usaban posición Weaver, el 17% Posición Isósceles Moderna y el 36% disparaban con técnicas de tiro una sola mano.
Tras poseer esos datos, el analista e instructor, recreó 188 escenarios policiales cotidianos sin que los agentes patrulleros los conocieran de antemano. Las armas fueron dotadas del sistema de entrenamiento Simunition. Las resoluciones fueron filmadas, y tras ello analizadas para obtener conclusiones. De las imágenes de todas las actuaciones, realizadas con un nivel alto de estrés, se sacaron las siguientes conclusiones: Solo el 19% pudieron usar la Posición Weaver. El 59% usó la posición Isoscélica y el 7% usó, tan solo, una mano para disparar. Fue preocupante que el 15% no respondieron a la agresión, se bloquearon. Los datos acreditan que, las técnicas simétricas Isoscélicas son las más naturales e instintivas en situaciones límites y extremas.
En 1989, el llamado Estudio Westmorland ya había trabajado sobre lo mismo. En esa ocasión se usó, como “conejillos de indias”, a funcionarios policiales de una unidad especial de vigilancia penitenciaria, y se recrearon situaciones extremas con munición no letal de entrenamiento. El resultado final del estudio coincidió con las tesis y conclusiones de Bill Borroughs y de su trabajo, 8 años después.
Los resultados obtenidos, de ambos estudio, demuestran que ante situaciones de enfrentamiento imprevisto, los trastornos que sufre el organismo impiden actuar de un modo complejo aún estando entrenado en el uso de una posición o técnica concreta. El cuerpo y la mente, por instinto, buscan la forma más rápida y natural de responder. Esto es algo de lo que ya hemos hablado antes.
Por cierto, en los trabajos realizados por los instructores Westmorland y Borroughs, aún existiendo casi una década de diferencia entre ambos, un porcentaje cercano al 20% de los agentes “analizados”, no supieron o pudieron reaccionar ante un ataque. Principalmente, las grandes dosis de adrenalina que, en situación real de estrés de combate, se distribuyen por el cuerpo, son las responsables de que el humano se muestre extremadamente torpe en sus movimientos y reacciones.
Este asunto es ampliamente tratado, desde hace años en España, por el Sr. Pecci, tanto en su libro como en sus programas de formación dentro de la Academia de P.L. de la Comunidad de Autónoma de Madrid, en la cual es un profesor muy aclamado. D. Javier Pecci, también es el director de los programas de formación para Instructores y Monitores en la referida Academia. Y usted, ¿qué técnicas usa?
Escrito por Ernesto Pérez y Extraido de Armas.es
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