Noticia: Día 10/08/2010
Instalaciones de Francos Rodríguez |
Este verano está siendo especialmente conflictivo para los operarios del sur y sureste de la capital, muchos de los cuales trabajan en un clima constante de inseguridad, presión y tensión. A los 18 ataques violentos constados en lo que va de temporada, como informó ABC, cabe sumar otros dos producidos el pasado fin de semana, según denunció ayer UGT. Casi el doble que el verano pasado, que acabó con 12.
La primera agresión tuvo por escenario la piscina de Francos Rodríguez (Moncloa-Aravaca). Ocurrió a la 13.30 y los autores fueron un grupo de dominicanos. Unos cuantos pagaron su entrada en la taquilla y se encontraron con dos amigos que llegaron en una moto. Estos iban ebrios y se guardaron una botella de whisky en la mochila, aseguró el delegado sindical de UGT, Jerónimo Torres Lozano.
El encargado de la puerta, que se percató de lo sucedido, les preguntó si llevaban traje de baño. «No. No tenemos. Pero lo tienen unos compañeros dentro». En vista de ello, y de su estado, el trabajador les indicó de buenas maneras que no podían entrar así en las instalaciones y menos aún borrachos por el riesgo que suponía, al tener sus capacidades disminuidas. Como respuesta empezaron a increparle y amenazarle. Con ayuda de un compañero procedieron a cerrar la puerta de acceso, momento en que el encargado fue golpeado violentamente con el casco de la moto, mientras era objeto de empujones y más improperios.
De las 20 registradas, la de Vallecas se lleva la palma con 5 agresiones
Antes de marcharse a la carrera le dieron un puñetazo en el cuello por las rejas de la puerta y lanzaron una botella de cristal vacía dentro del recinto. Los operarios avisaron de inmediato a la Policía, pero cuando está llegó ya se habían ido.
La víctima, que sufrió un hematoma en la mano y erosiones en el cuello, denunció los hechos en comisaría, indicaron las mismas fuentes. «Es de los pocos que se atreve; la mayoría tiene miedo porque temen represalias al encontrarse con sus agresores en la piscina un día sí y otro también», indican las mismas fuentes. Se de la circunstancia de que las instalaciones de Francos Rodríguez no tienen vigilante de seguridad en el turno de mañana como suelen tener este tipo de recintos.
El segundo suceso tuvo por escenario el distrito de San Blas y la piscina municipal del mismo nombre. En este caso la víctima fue una trabajadora que estaba validando las entradas y los agresores, un nutrido grupo de etnia gitana integrado por adultos y niños. La mujer les indicó que había menos tiques que personas, a lo que se sucedieron los insultos, empujones y golpes. El resultado fue dos hematomas en cadera y hombro. Esta empleada está de baja y también ha denunciado. «En esta piscina varios dominicanos trataron de agredir al vigilante con un cuchillo del restaurante».
Ante este tipo de hechos, los empleados de las instalaciones han mostrado su indignación y exigen medidas por parte del Ayuntamiento. «Nosotros somos los que tenemos que dar la cara y cuando llega la Policía ya te han dado el puñetazo», indicó. «No ocurren más cosas porque el personal evita los conflictos para no llegar al enfrentamiento», subrayó Jerónimo Torres (UGT), que trabaja como socorrista. «No podemos trabajar en esas condiciones. No estamos para atajar esos conflictos».
Los autores de los conflictos son mayoritariamente personas de etnia gitana, junto a españoles conflictivos y algunos inmigrantes. «El cierre de muchas instalaciones por obras ha influido en algunas zonas como en la de Vallecas o Moratalaz al llegar usuarios de Entrevías, El Ruedo y Valdemingómez», agregó Maribel Vidal, responsable de Salud Laboral de CC.OO. «Eso y la falta de respeto y de educación generalizada».
«Compete a las piscinas»
Los sindicatos acusan al Ayuntamiento de no garantizar la seguridad y piden que se implante el derecho de admisión y sanciones, junto a más presencia policial. La presencia de ésta está prevista en el Plan Verano, y ahora se ha intensificado, con especial incidencia en los recintos más conflictivos. Fuentes municipales afirman que la seguridad privada es competencia de las instalaciones. «Son contratos anuales y no se pueden modificar de un día para otro».
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